2009 – MORELLA [INVESTIGACION]: povedArquitectos
Un elemento continuo y quebrado que como infraestructura dialogue y de respuesta al territorio y sus líneas, desde el análisis de las preexistencias, la topografía, la medida, la proporción, el encuentro con el suelo…
Un primer orden con identidad que defina el espacio y lo guarezca para su uso público. La señal que hace determinado lo indeterminado y fija el lugar. Este trazo abstracto y de cubierta única, con espesor y altura variable asumiría además una gran densidad de viviendas (en torno a 140) que permitiría liberar espacio. Se realiza una diferenciación muy clara: hacia el exterior una fachada que se contempla desde la distancia, y hacia el interior una en contacto con el viandante. Al exterior la proporción de hueco es mucho menor y se concibe como un paramento en el que se introducen caligrafías de uso por la apertura de las protecciones. Es un paramento con una textura difusa, con capacidad de reflexión y de contagiarse sutilmente del entorno en función de sus cambios estacionales. Cubierta y fachada son todo un elemento continuo y quebrado que constituye la envolvente de la infraestuctura. En el interior sin embargo la tesxtura se constituye por franjas horizontales planas corridas, generando una mayor apertura hacia orientaciones benignas. Se muestra con su espíritu de comunidad y en coherencia con el sistema que se le intuye. La cerrajería, protecciones solares y los toldos de las viviendas de cubierta introducirán el color. La cota +945.00 que es la que se estima como principal en el acceso peatonal desde Morella y que supone un acceso intermedio a los dos primeros tramos de bloque, e inferior al tercero y paralelo al Sur. La cota +950.60 que es la del tramo inicial del camino rodado a Xiva de Morella, que define el ámbito más público a la sombra del elemento dotacional, el acceso a la “calle interior con escaleras” (tipología definida por A. Ubach en su tesis) del tramo paralelo al Sur y a los accesos puntuales del último tramo. Es a partir de la cota +950.60 cuando nace el segundo “orden”, un tejido abstracto de unifamiliares con una directriz muy clara, también paralela al Sur, que va apoyándose como a monta-caballo en los muros preexistentes, dejando las circulaciones paralelas a ellos e introduciendo aire y volumen en su compleja interacción. Estas trazas paralelas aparecen cosidas en trasversal por el volumen dotacional, que se concibe como edificio dintel de las anteriores, y por estos muros que permanecen en su traza consolidada en un acto de respeto mutuo. Se producen así también entre las bandas vaciados con gran profundidad de visuales hacia el Oeste. Este segundo orden tiene en común con el primero la direccionalidad y el módulo base, no obstante existe cierta independencia y autonomía entre ellos en aras de una complejidad interna. Es una manera de resolver la cuestión de: no fuimos los primeros en intervenir ni seremos los últimos, pero los sistemas deben enriquecerse mutuamente.