
Livio Vacchini, Silvia Gmür. Proyecto ganador del concurso para 12 viviendas de lujo en Hohenbühl, Zürich 1998.
2014-CALPE; Poveda Arquitectos
«A primera vista parece una planta simple, pero no lo es en absoluto. Al menos si entendemos lo simple como algo cercano a lo rudimentario. Cuando se trata de sistemas complejos, como la arquitectura, la simplicidad o bien es el fruto de la incompetencia, o es, como en este caso, el fruto de una larga, paciente y sabia elaboración. […] El edificio parece estar formado por dos edificios.[…] Su disposición es casi simétrica, pero una barra está desplazada respecto a la otra. En cada planta hay cuatro viviendas, dos en cada una de las barras; pero todas son de superficies distintas.[…] Cada una de las barras está dividida por un pórtico central longitudinal, que establece el módulo dimensional que ordena todo el proyecto.[…] Como una columna vertebral, este pórtico sostiene y fija los órganos de la casa: a un lado los de servicio -vestíbulo, cocina, patio- y al otro los dormitorios y las salas de estar. Cualquier itinerario por el interior de la casa debe cruzar el muro central, una o dos veces. Circular por la casa es como pespuntear dos telas, como enlazar dos territorios. A un lado la agitación, las circulaciones, el trabajo; al otro la quietud y el reposo. […] Todo el proyecto puede entenderse como un juego de ajustes, como un conjunto de desplazamientos, a lo largo de distintos ejes, de las distintas piezas -o grupos de piezas- que componen la planta. Desplazamientos de las habitaciones y los baños a lo largo del muro de armarios, del pasillo a lo largo del patio, de la cocina a lo largo de la medianera, o de una mitad del edificio respecto a la otra. Es en la percepción de este movimiento relativo, en este juego entre lo que varía y lo que permanece estable, donde radica la singularidad de esta planta. No parece haberse formado por la consideración del programa y su solución punto por punto, sino que es el resultado de haber fijado unas reglas -la dimensión del módulo, la organización lineal- con las que después se ha operado, al modo en que en la composición musical se fija un tema y después se desarrollan las variaciones. […] Hay infinitas maneras de no llegar a proyectar una casa buena, de equivocarse al situar un muro o una ventana, de elegir mal un material o una solución constructiva.[…] Vacchini y Gmür, en este proyecto, mueven sus piezas con maestría. Dimensionan, sitúan, fijan y desplazan, trazan caminos y trayectorias.»
Joan LLECHA, «Del Infinito a uno«, Revista DPA, n.23, «Vacchini», Edicions UPC, Barcelona 2007.
El germen de esta estructura, secuencia, módulo espacial, umbral… podemos encontrarlo en la esencial y magnífica Casa Snider que Livio proyectó junto con Luigi Snozzi.